De nuevo, vuelve la fiesta de San Valentín. Creada por los centros comerciales para potenciar el consumismo desmedido, donde si no regalas algo a tu ser querido (aunque no lo quieras) eres una basura.
Una flor, un DVD, una Playstation... todo vale. Hasta en el videoclub se agotan las pelis romanticonas.
Menos mal que algunos saben hacer también su agosto con los que no creemos que estas "tradiciones" tan consumistas.
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