domingo, 14 de septiembre de 2008

El Rey Arturo

La figura de la mitología europea de Arturo siempre está presente a lo largo y ancho de Europa, especialmente en Francia y Gran Bretaña. Siempre ha sido el símbolo de la monarquía ideal, el gobierno justo, el valor en combate y el liderazgo tenaz.

La figura de Arturo está sumida en las tinieblas del tiempo, sin que los investigadores y los literatos se pongan de acuerdo sobre si ha sido una figura real o si es una colección de mitos agrandados por los sucesivos autores que han escrito sobre él.

La historia de Arturo y sus caballeros tiene todos los ingredientes que debe tener una historia para ser inolvidable. Poder, generosidad, intrigas de palacio, guerreros, nobles valientes, amistad y traición, doncellas, grandes batallas y magia.

Todo comenzó en 1469 cuando Sir Thomas Malory escribió Le Morte D´Arthur, donde consagró para siempre la imagen de Arturo. Todo comenzaba con una Britannia dividida, sin Rey, ya que Uther Pendragón había muerto sin herederos. Habían acordado una prueba, quien sacase una espada mágica de una piedra, seria coronado como Rey de Britania. La prueba había sido sugerida por el maquiavélico mago Merlín. Muchos fracasaron durante años, quedando el trono vacante. Entonces un joven se acercó al arma, sacando la espada de la piedra.

El joven no era otro que Arturo, el hijo ilegitimo de Uther Pendragón y la mujer del duque Gorlois de Cornualles, Igraine. Mediante la magia de Merlín, Uther logró la apariencia del duque para satisfacer la lujuria con Igraine, y el fruto de la relación, Arturo, fue entregado a Merlín desde su nacimiento.

Arturo lidera a sus caballeros para unificar Britania, fundando una poderosa ciudadela, Camelot, como símbolo para toda la cristiandad. Se casó con Ginebra, y reunió a sus caballeros en la Tabla o Mesa redonda, dando grandes glorias y gestas. Caballeros como Galahad, Gawain y Gareth, Kay, Bedivere, Percival, Tristán o el inolvidable Lancelot.

La leyenda continúa hasta que Arturo tuvo un hijo en su juventud con Lady Morgana, Mordred. Su pecado con su hermanastra a la postre le supondría su final. Mediante argucias, Mordred logró que Lancelot y Ginebra cometiesen adulterio, traicionando al Rey y todos los caballeros. La reina ginebra fue condenada a muerte en la hoguera, pero en el último momento fue liberada por Lancelot, y juntos se marcharon con su amor. Mordred acusó al Rey de no aplicar la sentencia a tiempo y de no hacer nada por encontrar a los fugitivos, creando una guerra civil en el reino.

En una terrible última batalla de la guerra, donde todos los caballeros perecen, y los dos últimos contendientes, Arturo, y su hijo bastardo, Mordred, enfrentados, finalizan la guerra matándose mutuamente. El cuerpo de Arturo es trasladado por las Valkirias a la isla de Avalon, hasta que Britannia le necesite de nuevo.

Esta es la historia de la leyenda artúrica, engordad poco a poco con cada autor que escribe sobre el tema, y con cada película realizada. ¿Pero que hay de verdad en esta historia?

Hasta el momento, los investigadores han dado con tres personajes que podrían encajar en el perfil del Rey Arturo. Está claro que debe ser un personaje diluido en la edad oscura de la historia de Britania, cuando apenas hay testimonios escritos, y la barbarie campaba por doquier.

El primero de ellos es Ambrosius Aurelianus, un noble conocido como el último romano de britania, caudillo militar de finales del siglo V. Sus tácticas militares, tropas, uso de calzadas y demás en la defensa de britania tuvo su huella en la historia en pueblos y lugares como Ambrosden, Amberley o Amesbury, que reflejan el legado de este caudillo militar, que defendió britania de las primeras invasiones Sajonas, quedando reflejadas en la batalla de Badons Hill.

En Badons Hill, los sajones lucharon principalmente a pie, y la caballería de los Britano romanos fue superior, pudiendo dar origen a la leyenda de los caballeros a lo largo de los años.

Otra de las posibilidades de encontrar a Arturo en las arenas del tiempo es en la figura de un comandante militar romano del siglo II D.C. llamado Lucius Artorius Castus, que estaba al mando de una guarnición de caballería sármata en el muro de Adriano. Posiblemente sus hazañas defendiendo el muro sentaron la base de la leyenda de Arturo y sus caballeros.


La tercera posibilidad es un cacique britano del siglo V llamado Riothamus, que marchó al continente a ayudar a los restos de Roma contra las invasiones bárbaras, pero que nunca regresó.

La historia y la leyenda se funden en estos mitos, donde a lo largo de los siglos se van añadiendo cosas nuevas al mito. Los caballeros de la tabla redonda son aportaciones medievales, al igual que la búsqueda del santo grial. La figura de Lancelot se incorpora desde Francia, al igual que el nombre de Ginebra (Genoveva).



Ahhh, Lady Ginebra, por usted si me batía yo en justa....

No sabemos si existió realmente la figura de Arturo y sus caballeros, ni en que siglo vivieron, pero está claro el héroe llamado Arturo fue construido a partir de grandes gestas de muchos hombres, que pudieron defender su patria de los invasores extranjeros y dejar su nombre en la historia. Realidad o ficción, es innegable el poder de inspiración de Arturo, propició el auge de la caballería, forjó la historia de Inglaterra, y cualquiera que piense en la justicia y el honor, tiene a bien reflejarse en él.

4 comentarios:

Jereck dijo...

La película Excálibur tiene una ambientación totalmente medieval, totalmente alejada del siglo V o VI donde se cree que pudo vivir.

La ciudad de Camelot es la actual Winchester, en el sur del país.

Akliman dijo...

Si, esa es totalmente medieval, es una adaptación del relato de Malory tal cual. Para encontrar a un Arturo másx historico hay que irse a películas como "El Rey Arturo", interpretada por Clive Owen, o la más reciente, "La ultima Legión", basada en la novela de V. M. Manfredi.

Señor X dijo...

Yo conocí a un descendiente del Rey Arturo en persona, en mi época de residente.... y a un alumno de Bruce Lee.

MediaBaldosa dijo...

Ummm, con esto del Rey Arturo me pasa igual que con Robin Hood; no sé si me terminan de gustar. Me quedo más con los héroes nacionales...dónde se ponga El Cid Campeador, que se quiten todos los arturos y todos los merlines, jeje (y además su señora esposa no le pone los cuernos)