jueves, 8 de noviembre de 2007

Contra las Parcas


A veces llega un momento en que tu mundo gira tan rápido que tienes la sensación de perder el control sobre tu propia vida. A veces, hasta el más paciente de los hombres tiene que decir basta. Llega un momento en que el límite no se puede rebasar más sin que se pongan en peligro todos los ideales sobre los cuales cimientas tu vida.

Siempre me he considerado una persona con mucha paciencia, para hacerme saltar, hacían falta siglos y siglos de duro trabajo. Pero desgraciadamente, cuando se logra tocar ese botón rojo, ese punto de no retorno, se desatan los cuatro vientos. Es lo que tenemos los que somos tranquilos. Como dijo Carl Sagan en su novela The Postman “En tiempo de paz, nada conviene al hombre tanto como la modestia tranquila y la humildad; pero cuando la tempestad de la guerra sopla en nuestros oídos, nos es preciso imitar la acción del tigre; poner en tensión nuestros nervios, hacer llamamiento a nuestra sangre, disimular la nobleza con ira, y hacer terrible nuestra mirada”. No se si la cita es así literalmente, pues me leí la novela en ingles, pero el significado es claro. La cita original en la que se basa la novela de Sagan es de Shakespeare, y quien la dice es Enrique V en la batalla de Azincourt

Es en estas situaciones cuando debemos asentarnos firmemente en el suelo, alzar los brazos y coger al dragón por los cuernos hasta tumbarlo en el suelo. En definitiva, tomar las riendas de tu propia vida y no dejar que los demás sean los que lleven el timón.

Eso, básicamente, ha sido lo que me ha pasado esta semana. Digamos que mi vida ha dado un giro inesperado, un cambio de esos que pasan que te hacen replanteártelo todo, desde que me voy a poner mañana hasta donde voy a vivir a partir de ahora. Supongo que solo el tiempo dirá donde deciden colocarme las Parcas, pero hasta entonces, soy yo el que ha agarrado el tejido de mi existencia, y he decidido donde se van a hilar los próximos hilos. Les he arrebatado los hilos del destino a las Parcas y los moveré a partir de ahora a mi antojo, tal como hizo una vez Kratos el Espartano.

Así pues, de momento, el principal cambio en mi vida es que ya no me compro el piso aquí en Puertollano, y algunos cambios más que vendrán en breve.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una pena lo del piso. Sobre todo por las juergas que podriamos montar sin temer que al dueño se le inflen los huevos.
En cuanto a lo demás... Ya sabes mi opinión. Y supongo que cualquiera que conozca TODA la historia, desde todos los ángulos y puntos de vista, opinará igual que la marichusky y yo. De otra forma, no serian justos.
Websurfer

Lileth dijo...

Te deseo que los vientos de cambio vengan cargados de alegría, buenos momentos y, sobre todo, de aire.

Muchos besos. Plantéate una escapadita a las islas cuando te apetezca.

Señor X dijo...

Bienvenido de nuevo a tu vida. Me alegro enormemente y espero que el giro te traiga muy buenos momentos, cargados de todo lo que te dijo lileth, y de alguna que otra cerveza.

Aquí, para lo que quieras, un amigo.

Abrazos