domingo, 1 de marzo de 2009

Mad Max y el mundo del mañana-mañana

La trilogía de películas de Mad Max, comenzando con Mad Max en 1979, Mad Max 2, The Road Warrior (El guerrero de la carretyera) en 1981, y Mad Max, Beyond ThunderDome (Mas allá de la cúpula del trueno) en 1985, muestra por capítulos la degeneración del mundo occidental en un escenario cada vez más apocalíptico, en creciente decrepitud con cada entrega de la película.

La primera película, para mí, la mejor de todas, muestra un futuro cercano donde patrullas de policía especializados combaten a patrullas de motoristas pandilleros que hacen de las suyas en las carreteras australianas. Nos muestra a un joven Mel Gibson con cara aniñada como un policía a bordo de su coche especial de persecución V8 tras los pasos de los moteros gamberros.


En esta entrega, a pesar de la idea preconcebida que se suele tener de las películas de Mad Max, puede verse un mundo parecido al nuestro, pues Max tiene a su mujer y a su hijo en una vida aparentemente feliz hasta que los pandilleros hacen de las suyas. También puede verse la destartalada comisaría de los policías, y un juzgado sucio y casposo.

En la segunda entrega, contada supuestamente por un anciano a punto de morir, narra los hechos acaecidos cuando este era un niño con un boomerang que sólo hace gruñir, hablando de un mundo de sueños rotos, el ascenso de las ciudades en el desierto en base al petróleo, y comenzando la lucha por el control del mismo, con hordas de guerreros de la carretera en busca de gasolina, como Humungus. Aquí puede apreciarse una ciudad en el desierto, hecha a base materiales de refinería, e interminables tramos de carreteras sin curvas, que digo yo, para que quieren los australianos el volante. Los combates sangrientos y los accidentes destructivos se suceden escena tras escena, con coches, motos, camiones y todos los vehículos hechos trizas en miles de trozos, que no sabía yo que los coches tenían tantas piezas.

Persecución por las rectas Australianas. En España se salen en más de una curva

En la tercera entrega no se aprecia nada de civilización, simplemente las vías de un tren. Negociudad es una ciudad Post Apocalíptica, ya que en esta entrega se dice que la ruina de la civilización fue una guerra nuclear que siguió a la guerra del petróleo. Negociudad es un intento de crear nueva civilización, cuya justicia se basa en un sanguinario ingenio que da nombre a la película. La cúpula del trueno, hecha para que los hombres resuelvan sus diferencias. Dos hombres entran, uno sale. También aparecen un grupo de niños perdidos que buscan el mundo del Mañana-Mañana, supervivientes del naufragio de un avión. Ellos representan la ilusión por un mundo nuevo. Todos bailando al ritmo de la famosa canción “we don´t need another hero” de Tina Turner, que actúa en la película.






Sin querer destripar las películas a aquellos que no las hayan visto (un error), hay que montar el concepto social e histórico de la época, con la crisis petrolera del 1973 aun en el fondo. Bajo ese escenario, es normal que los futuros apocalípticos se centraran en la lucha por la gasolina, y el control de los medios de producción. Conforme nos metemos en la década de los ochenta, en la tercera entrega aparecer el temor nuclear, ya que por esta época florecían los filmes apocalípticos nucleares. Era la época de “Juegos de Guerra” (1983), “El final de la cuenta atrás” (1980), “1997, Rescate en Nueva York” (1981) y The Terminator (1984)

El problema es que en un mundo en guerra por la gasolina, si yo fuera Humungus, por ejemplo, no iría con una horda motorizada, gastando gasofa al porrillo, o con dieciséis motocicletas de gran cilindrada. Son las incoherencias curiosas que hacen que nuestro apocalíptico futuro no vaya a parecerse al de las películas de Mad Max.


Gastando Gasofa hasta con cacharros voladores

Nuestro apocalíptico futuro pintará de forma parecida a Mad Max, con jueces ineficaces, (ya los tenemos), hordas de pandilleros en motos, (Aquí serán Latín Kings u hordas de parados coléricos), Policías saturados de trabajar, (mejor me ahorro el comentarios), y la guerra por el petróleo (Aquí será por el pan, el vino y cosas así).

Dudo mucho que en el futuro haya una guerra por el petróleo, y menos del tipo de las de Mad Max, cuando la gasolina en nuestro mundo actual se agotaría en cosa de semanas, (Recordemos lo que pasó con la huelga de camiones) y todos sabemos lo que consume un coche. En dos meses nadie podría viajar en coche, y en un futuro apocalíptico veo más hordas de banqueros a caballo persiguiendo a los morosos de la hipoteca por los valles de La Mancha.



Te perseguirá para que pagues hasta la última letra de interés

Lo que sí que vamos a ver, y dentro de poco, serán las guerras en países en vías de desarrollo, y algún que otro desarrollado, por el deterioro de la situación económica y política global. A no ser que la crisis esta sea una falacia para desbancar a Hugo Chávez del gobierno de Venezuela, pero esta, es otra historia…

No hay comentarios: