Los padres y los niños

Hoy hemos amanecido en España con esta terrible noticia. El pobre angelito fue olvidado por su padre en la parte trasera del coche, soportando al sol la “agradable” temperatura de Sevilla. El pequeñito pasó la friolera de cuatro horas en el coche, y claro, dadas las temperaturas estivales de las tierras hispalenses, esto le provocó un golpe de calor que terminó con su corta vida en el hospital infantil “Virgen del Rocío”.

No me gustaría estar en el pellejo del padre, no sólo cuando lo pille el juez, si no cuando lo pille la madre del pequeño, que no le debe de haber sentado bien el “olvido” del padre.

Pero no es este el único caso, ya que en Francia otro padre se olvidó a su hija de tres años en el coche, durante todo el día. Inexplicable coincidencia, pero normal.

Hechos como estos deben hacernos pensar mucho sobre la vida que llevamos hoy día, sobre lo “rápido” que se nos exige movernos en algunas circunstancias y sobre las prioridades a la hora de vivir nuestra vida.

Este padre olvidó al pequeño en el coche por que tenia muchas cosas en la cabeza, cosas a las que daba prioridad ante la presencia de su propio hijo. En este maldito mundo globalizado que nos engulle poco a poco, no hay tiempo para la vida familiar. Si este padre no tenia tiempo y se olvidó de su hijo, imaginad el tiempo que pasaría con él para jugar, explicarle como es el mundo o enseñarle a leer, contestar a sus preguntas, enseñarle a montar en bicicleta, estar con él en los partidos de béisbol (ahh no, eso es en los USA), enseñarse a ponerse el primer condón y a llevar a cenar a su primera novia.

Yo creo que muchos de los padres de hoy día no tienen el tiempo que se requiere para sus hijos. Por que al contrario de lo que opinan los jueces y juezas que dictan las sentencias de divorcio y cosas por el estilo, la figura del padre es muy importante. Si el niño es varón, siempre será un referente para el niño en casi todas las etapas de su vida, y podré enseñarle muchas cosas que una madre solo puede nombrar. Y si es una niña, siempre tendrá la seguridad de un padre, con todo lo que eso representa.

Pero todo esto se va a la mierda con padres que anteponen las reuniones de trabajo a la seguridad de sus hijos. No se es peor padre por que no se pueda estar con ellos por motivos laborales, por ejemplo, dejándolos con una canguro, o en la guardería. Se es mal padre cuando pretendes quedarte con ellos y se te va de la cabeza. Cuando les dices que llegarás a las seis, y llegas a las ocho menos cuarto, o cuando les prometes que irás a la función del colegio, y luego apareces tarde o no apareces.

Yo aun no soy padre, y cargado de buenas intenciones, espero serlo algún día, y más con el mono que te da trabajar a diario con bebés recién nacidos, pero espero algún día poder enseñar a mis hijos las mismas cosas que me enseñó a mí mi padre, algunas cosas más, y poder estar con ellos todo el tiempo que pueda.

Los valores están cambiando poco a poco. Algunas veces cambian a mejor, y otras veces cambian a peor. Yo nunca he sido muy amante de las tradiciones, por que pienso que suelen anclarnos y no nos permiten avanzar en casi ningún campo, pero algunas tradiciones son buenas. Siempre he pensado que la tradición de la familia es buena para la educación de los niños, y que las familias mono parentales no cumplen todas las necesidades educativas de los pequeños. Así como tampoco la cumplen los padres que dejan a los niños todos los días con los abuelos. Los niños deben vivir con los padres, no con personas ancianas. Los abuelos de visita, y de vez en cuando.

¿Con todo este rollo que quiero decir? Pues simplemente que creo que debemos replantearnos lo que nos importa, y el orden que le aplicamos, y si nos importan más las acciones de la empresa que los niños, nos abstengamos de tenerlos. Así continuaremos con la involución que el ser humano va haciendo poco a poco, hasta desaparecer en la enfermedad y en la debilidad de la especie.